16 mar 2016

"El gran problema del boxeo son el caos organizativo y la proliferación de títulos"

[Entrevista para Nostresport

Cuéntenos en primer lugar cómo se acerca al mundo del ring y de dónde viene esa afición tan fuerte.
Vengo de una generación en la que el boxeo siempre estuvo presente y recuerdo cuando era un niño como se vivió el triunfo de José Durán en Japón, por poner un ejemplo, o como tuve de regalo de reyes unos guantes de boxeo y un punching ball. Y también, como a otros muchos de mi generación, la película de Rocky me marcó de chaval. A partir de ahí me tragaba cualquier combate que pudiera verse en televisión y me empecé a comprar revistas, libros y todo lo que caía en mis manos, de forma compulsiva.

Es un deporte muy desconocido por todo aquel que no sea aficionado y con grandes lagunas y prejuicios, ¿verdad?
En otros países no ocurre lo mismo, pero aquí, en España, ha habido mucho tópico, mucho desconocimiento y mucha influencia de cierto tipo de cine. Cuando cuentas que tu pasión es el boxeo parece que te tienes que justificar porque enseguida lo asocian a aspectos negativos. En otros lugares no ocurre lo mismo. 

Cuando les cuentas que eres periodista y te que dedicas al boxeo, te mencionan a Hemingway o a Norman Mailer, o inmediatamente te relatan lo mucho que admiran a Muhammad Ali o cualquier otro boxeador. Aunque también creo que, afortunadamente, esa visión negativa del boxeo cada vez va siendo más anacrónica y residual. Pero está claro que en España la imagen del boxeo aún paga ciertos postureos de progresismo mal entendido que ciertos sectores intentaron imponer décadas atrás.

¿Qué grandes mitos destacaría en toda la Historia? ¿Y en España? Aunque la lista es casi infinita…

Hay tantas grandes leyendas del boxeo que es muy difícil escoger. Pero hay dos que siempre me gusta destacar porque, además de haber sido grandes campeones, trascendieron lo meramente deportivo y tuvieron un impacto histórico y sociológico como ningún otro deportista. Se trata de Joe Louis y de Muhammad Ali. 

La importancia y la influencia que tuvieron en la sociedad de su época son tremendas, inalcanzables para ningún otro deportista de la historia. No solo son boxeadores, son personajes históricos. No hay ningún otro deportista que se les pueda acercar en este sentido. En España ha habido también grandes figuras y sería injusto citar solo a unos pocos.

Realiza conferencias y charlas. ¿Cuáles han sido las más destacadas y qué proyectos tiene?
Lo de las conferencias es algo más ocasional pero que he disfrutado mucho. He dado algunas sobre boxeo y música. Recientemente, en el Centro Sefarad de Madrid, di una conferencia titulada “Judíos en el ring”, sobre los grandes boxeadores judíos y la huella que dejaron en el desarrollo y la evolución de nuestro deporte que, aunque no sea un fenómeno conocido, fue enorme. Sigo como comentarista en Eurosport, ya van más de veinte años, y con colaboraciones en prensa. Pero lo que más me gustaría es terminar un libro con historias de boxeo, no de ficción, todas reales. Lo tengo empezado pero tengo que encontrar tiempo para terminarlo. Ese proyecto me ilusiona mucho.

¿Qué factores en España hicieron que un gran deporte, referente en los 70 con el fútbol y el ciclismo, tuviera un tan mal trato en los siguientes años? ¿Por qué esa injusticia? Intereses, modas, negocios…
Sinceramente, como dije antes, creo que fue auténtico postureo como se dice ahora. Eso sí, hubo una serie de personas que estaban en puestos de influencia que adoptaron ese rechazo al boxeo casi más como una postura estética y dejaron nuestro deporte muy tocado. Hicieron muchísimo daño. Pero también creo que han quedado ya totalmente desfasados. 

No creo que exista ahora tanto rechazo como pudo haber en esos años. Ahora toca volver a construir. Pero los jóvenes se están acercando al boxeo. Internet y las redes sociales han abierto muchas posibilidades de que la gente encuentre lo que busca y lo que le gusta y hay muchísimos jóvenes aficionados que han llegado al boxeo por estas vías. Y los gimnasios vuelven a estar llenos, tanto de competidores como de gente que tan solo quiere hacer deporte y mantenerse en forma.

¿Hay hipocresía en el tratamiento periodístico del boxeo en la actualidad?
Yo creo que no, lo que pasa es que se ha perdido mucha tradición y las noticias que aparecen de boxeo son escasas. Pero como vimos con el reciente combate entre Mayweather o Pacquiao, prácticamente todos los medios informaban del combate como un gran acontecimiento mundial. Lo malo es que a veces se quedaban solamente con lo anecdótico.

¿Qué estilo era mejor: Ali o Tyson?
-Ambos fueron boxeadores muy especiales, cada uno a su manera. Y con los dos he disfrutado muchísimo. Pero como boxeador, para mí el más cercano a la perfección es Sugar Ray Robinson.
¿Los valores de la época de Schmeling-Joe Louis siguen vigentes?
-Los grandes valores del boxeo siempre se han mantenido a lo largo de la historia. Pero lo de Joe Louis y Max Schmeling es irrepetible. Jamás en la historia ha habido un acontecimiento deportivo de mayor importancia sociopolítica que el campeonato mundial entre Louis y Schmeling de 1938. En realidad fue el primer round de la II Guerra Mundial. 

Un boxeador negro que de golpe se convierte en el símbolo de los Estados Unidos y la democracia y Schmeling, que el pobre sin quererlo, iba a representar la superioridad de la raza aria. Roosevelt por un lado y Hitler por el otro. Un combate con una historia y un trasfondo apasionante. Pero por encima de eso, de esa rivalidad, surgió una preciosa relación de amistad, respeto y cariño entre los dos boxeadores.

Pero un buen ejemplo de lo que prima a nivel de espectáculo periodístico es que no se destacan esos valores y sí por ejemplo el mordisco de Tyson a Holyfield. ¿Sería muy visual como ejemplo no?
-Hombre, lo del mordisco fue tan insólito, y encima con un boxeador tan popular como Tyson, que es normal que apareciera en los medios. Lo malo es no entender que eso fue algo totalmente excepcional y ajeno a lo que normalmente ocurre en un ring de boxeo. 

Si en un partido de fútbol un jugador le pega un mordisco a otro y lo captan las cámaras, lo repetirían también hasta la saciedad, pero todo el mundo lo entendería como algo asombroso y excepcional , sin poner en tela de juicio al fútbol. Con nuestro deporte no ocurre esto. Si algo extraño pasa parece que se pone en entredicho al boxeo en su conjunto.

¿Cuál ha sido su trayectoria a nivel de medios de comunicación?
-Soy licenciado en Periodismo y empecé en una agencia de televisión, EditMediaTV, que fue una auténtica escuela. Fui comentarista de boxeo en Antena 3 TV y llevo ya veinte años como comentarista en Eurosport. También estuve varios años en Radio Marca y he colaborado con muchos medios. En la actualidad escribo de boxeo para El Español.

Desde Nostresport y Radio 4G Valencia llevamos tiempo apostando por deportes no tan bien tratados por la prensa en general como puede ser el fútbol. Ahí está nuestra labor sobre el ‘Tigre de Alfara’. ¿Qué le parecen casos así? Un mito en Valencia, olvidado por la poca cultura de deporte que existe en España… Recuerda el caso a los Paulino Uzcudun, Urtain…
-Creo que en España, salvo excepciones, hemos descuidado mucho nuestro pasado y es una lástima. Por eso considero el libro sobre Martínez de Alfara y todo lo que estáis haciendo como una auténtica joya y un acto de justicia histórica. Han sido grandes deportistas, personajes públicos y auténticos ídolos y no se merecen caer en el olvido.

¿Qué le parecen las películas que se suelen hacer sobre boxeo? De Rocky, pasando por Toro Salvaje, Cinderella Man…

-A Rocky la tengo un cariño especial porque me dejó marcado, aunque también creo que las sucesivas películas empezaron a caer en un boxeo ficción excesivamente exagerado. A mí me gustan más las películas basadas en biografías reales como “Toro Salvaje”, “Cinderella Man” o “Marcado por el odio”. El boxeo tiene tanta riqueza en historias reales que no le hacen falta guionistas. Hay biografías de boxeadores que son increíbles y apasionantes. Por lo general, las películas basadas en guiones ficticios tienden a caer en los tópicos. Me quedo con las historias reales.

En España, ¿Se entiende de boxeo o es sólo una pasión? ¿Hay entendidos, pero son pocos, o se domina aceptablemente?
-Se ha perdido mucha tradición. Hasta bien entrados los 90, en cada medio de comunicación importante había alguna persona más o menos especializada en boxeo, aunque compartiera esa función con otros deportes y eso se perdió. Aunque soy optimista porque, en parte gracias a las redes sociales, es algo que se va recuperando.

¿Cómo ve el futuro del boxeo en España?
-Sinceramente, con optimismo. El boxeo siempre ha resistido a pesar de que hemos tenido etapas muy difíciles. Aquí, sin el apoyo firme de una televisión, es difícil planificar y a nuestros boxeadores les toca generalmente salir fuera a disputar títulos. Pero el número de licencias crece y hay mucho más boxeo de lo que la gente se cree.

Alemania es ,en Europa, de las naciones donde más se apuesta por lo pugilístico. ¿Es el ejemplo a seguir?

-En Alemania lo que ocurrió en el boxeo fue una auténtica eclosión. Hubo una figura, la de Henry Maske, campeón olímpico con la República Democrática de Alemania, que tras la unificación pasó a profesional y se proclamó campeón del mundo. Se convirtió en un fenómeno de masas y casi en un símbolo de la nueva Alemania. Abarrotaba los recintos y batía todos los récords de audiencia en televisión. 

El boxeo se puso de moda y todas las figuras del arte, la cultura y la política se pegaban por aparecer en las veladas. Y a la estela de ese fenómeno, y con el poderío económico que tienen, Alemania se convirtió en una gran potencia donde el boxeo es uno de los deportes más seguidos y respetados. Es un modelo que creo que es imposible reproducir en España. En Gran Bretaña el boxeo siempre será uno de los deportes más populares y más arraigados en su cultura, de ahí que los canales de televisión den boxeo y puedan meter 60.000 espectadores en Wembley para ver un combate.

Los grandes lugares clásicos para crear boxeadores pueden ser México, USA, Irlanda, Filipinas, Cuba, Rusia… ¿Pero qué nuevos países son clave para el futuro?

-Es curioso el caso de Japón, uno de los países más prósperos del mundo y que vive un momento dorado en boxeo. Siempre han tenido buenos campeones pero en la actualidad se están convirtiendo en una auténtica potencia en las categorías livianas. Y ojo también a China. Aún les falta mucho, pero se están volcando con el boxeo y creo que si trabajan bien tendrán sus frutos.

En la actualidad, ¿Qué boxeadores son los mejores 'libra por libra' del mundo y de España?

-En el mundo, me quedo con Román “Chocolatito” González, Gennady Golovkin y Andre Ward. Aunque al que más admiro en todos los sentidos es a Bernard Hopkins, una auténtica leyenda. En España, indiscutiblemente, Kiko Martínez. Pero hay muchos más. Y no debemos olvidar que tenemos dos campeones de Europa como Rubén Nieto y Juli Giner.

El Pacquiao-Mayweather es negocio o boxeo…
-El boxeo siempre es deporte, espectáculo y negocio. El combate entre Mayweather y Pacquiao llegó al menos cinco años tarde y en ese sentido el aspecto deportivo se resintió un poco. Pero no el del negocio, porque se han batido todos los récords en lo económico. Todo va unido y si el boxeo es un buen negocio eso repercutirá en que mejore el espectáculo y el aspecto deportivo. Lo que pasó en este caso es que el combate resulto un tanto anodino y decepcionante, que es algo que puede ocurrir. En este caso creo que fue porque el combate llegó demasiado tarde.

¿Estructuraría de otra manera los pesos y los cinturones para unificar un poco ese caos?
Ese es el gran problema del boxeo, su caos organizativo y la proliferación de títulos que lo que ha provocado es una devaluación de estos. Eso despista al aficionado y hace que el boxeo sea el deporte peor estructurado. Aún así, las grandes figuras y los grandes combates están por encima de esos múltiples organismos. Yo siempre digo que el boxeo es tan grande que es capaz de seguir adelante a pesar de esta situación caótica.